EL VIAJE A LAS 1.000 POLLERAS EN PANAMÁ
El pueblo de Las Tablas, se encuentra a unos 285 Km al Suroeste de Panamá . Allí se celebra un desfile denominado como el "Desfile de las 1.000 Polleras". Pollera se le denomina al traje típico panameño muy bonito que las mujeres lucen junto con su belleza natural y sus tocados llamados "tembladeras" porque tiemblan al andar ya que están hechos con alambres y perlitas. Este año, estando yo en Panamá city, decidí que ese domingo alquilaría un "carro" e iría a ver el famoso desfile. Dicho y hecho.
Alquilé un coche automático pequeño y me lancé a la aventura (el GPS es rara avis allí porque existe una carencia de nombres de calles y de rutas, desvíos, etc). Eran 285 Km que no me llevarían con aquellas carreteras y circulación (siempre por la izquierda:.) más de 3,30 horas. El día era regular tendiendo a malo. Llovería sin duda. Cogí la carretera transamericana (no hay muchas más) y me dirigí hacia allí. Al salir de Panamá ya noté que las señales desaparecieron abruptamente. Iba por una carretera asfaltada regular, sin pintar las rayas y sin ninguna señalización. Ni horizontal ni vertical. La carretera es del tipo autovía salvando las distancias con las nuestras. Al menos no me encontré alcantarillas en la calzada sin tapa como en San Felipe, al lado de Panamá city.
Al cabo de varias horas no sabía donde me encontraba. Había aprovechado la monotonía del viaje para intervenir en una radio colombiana en un programa sobre la guerrilla del FAR y dí mi opinión fundada por nuestra experiencia sufriendo la ETA en España. Cuando me quise dar cuenta ya cansado de conducir sin referencias vi a un policía de tráfico en moto y le pregunté por donde estaba y por donde se iba a Las Tablas. Me había pasado de un cruce 50 Kms... Di vuelta y retrocedí. Al cabo de unos 50 Km vi a otro policía y le pregunté por el cruce. Me acababa de pasar y es porque no existen letreros que te indiquen nada: ni distancias, ni nombres, ni a donde lleva cada carretera... Una pesadilla. Entré en una carretera que al poco se convirtió en una obra permanente donde ibas más tiempo por el campo que por asfalto. Así 100 Km. Tardé 2 horas. Luego al final llegué al famoso pueblo.
Nada más llegar comenzó a llover torrencialmente como acostumbra en Panamá en invierno. Aparqué en una campa y andando llegué a la calle principal donde la gente se agolpaba junto con polleras (no las conté). Estuve un buen rato entre ellas haciendo fotos y videos, charlando con todos (era el único extranjero allí), hasta que pudieron salir a la calle sin demasiada agua. Había tardado 5 horas en llegar allí y después de 2 horas viendo el desfile y haciendo fotos me dí la vuelta. En buena hora.
Comenzó a llover de nuevo, y en el horroroso bache de carretera por donde circulaba comenzó a llover con fuerza. Se hacía de noche y yo conducía más por intuición que sabiendo donde andaba. Ningún letrero. Nada. El vacío. De pronto, ya de noche casi, se pararon los coches de delante. Un río atravesaba la carretera con violentas aguas de las intensas lluvias. Decidí pasar y lentamente lo conseguí con bastante miedo. Finalmente llegué al famoso cruce y giré a la derecha (sin letreros). Era ya noche profunda, llovía intensamente y no había ninguna señal, raya, letrero, nada que me indicase donde estaba, cuanto me quedaba, hacia adonde iba. Los camiones enormes circulaban con todas las largas y zumbando me adelantaban mientras yo no veía ni el morro del coche. Tuve que parar porque era un agujero negro aquello. Los escasos coches que circulaban por el otro carril además de hacerlo por la izquierda como es mala costumbre allí, llevaban las luces largas y nunca te las cambiaban. Hijos de puta !!! gritaba angustiado. Ya llevaba 3 horas desde que salí de las polleras y ni sabía cuanto quedaba y ni siquiera si iba bien. Pasé algunas poblaciones lúgubres y sin letreros. Sin gente. No sabía ni que era aquello. Seguí y seguí harto de que ya eran 6 horas las de vuelta y aún no veía luces. Estaba realmente agobiado y cansado. Luces largas, cortinas de agua, oscuridad constante. Por fin divisé a lo lejos luces que podrían se de Panamá city. En efecto. 7 horas y llegué al menos a algo que ya conocía y se veía algo. Llegué al apartamento temblando por la tensión y hastiado de aquel mal día. Fue el día de"la polla".
Panamá no tiene ni indicadores, ni letreros, ni señalización horizontal ni vertical. Nada. Un completo caos. Por eso cuando aterricé en Loiu (Vizcaya) y me subí a un taxi limpio y confortable me estremecía al ver la carretera asfaltada, farolas alumbrando, señales horizontales, verticales, indicaciones de dirección, distancias...Casi lloré de alegría. Me dije: "la gente no sabe lo que tenemos en España". No hay como salir y ver lo que hay por ahí, para venir a tu patria y valorar lo que tenemos que es muchísimo. No la cambio.
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