ENERGIAS RENOVABLES: EL CORTOCIRCUITO ESPAÑOL

Instalación fotovoltaica en cubierta

Soy un firme seguidor y defensor de las energías renovables. Cuando estuve en paro y abandonado ya del Estado, me busqué frenéticamente algún sustento, tanto del estómago como del espíritu. Siempre estuve sin empleo durante ese tiempo, pero no parado que hice de todo, menos de mamporrero....
 
Encontré un trabajo de "free lance" (o sea si vendía ganaba y si no no) en una ingeniería de Vitoria y luego en otra de Logroño para vender instalaciones fotovoltaicas en cubierta de empresas, huertos, etc, etc. Para formarme bien en ello,  solicité 2 becas en la UPV que me concedieron a costo cero para unos master de renovables en fotovoltaica y en eólica que me dieron en Bilbao.
 
Con todo este bagaje de conocimiento, mi experiencia en ventas de muchos años y mi propia formación como Ingeniero Superior me fui a vender estas instalaciones fotovoltaicas.
 
El tema era atractivo para el inversor. Muy atractivo. De hecho lo era tanto que había una lista de gente que quería instalar una en su tejado de la empresa, en su finca, o se unían varios para instalar un huerto solar en un paraje lejano con mucho Sol: levante, Extremadura, etc, e incluso en La Rioja hay muchos huertos solares de gran producción. La cosa era sacar la máxima rentabilidad del dinero y esto se consigue yendo a lugares con más horas de Sol al año.
 
La idea era que en inversiones de 500.000 euros (unos 100Kwh) si la persona o grupo no tenía problemas de liquidez, invertía todo él y sacaba unas rentabilidades brutas astronómicas desde el primer año (cuidado que había que amortizar la inversión primero) de más de 12% si lo hacía con el banco y del 25% si lo hacía él con su dinero. Si no tenía suficiente cash, iba la banco y este le prestaba hipotecando la instalación ya que era un valor "seguro y rentable". Avalaba España...

Era tal el movimiento especulativo que existía, que el Gobierno tuvo que poner rápido, unos cupos al año porque se instalaba, o se solicitaba más de lo que se necesitaba. Capital extranjero acudía en chorro a la llamada de unas rentabilidades (el Gobierno subvencionaba este negocio con jugosas cantidades económicas ya que el inversor se conectaba a la red y las empresas eléctricas tenían que abonar unas cantidades mayores que lo que costaba el Kwh en esos momentos con compromisos de incrementos anuales IPC). Ah!, y todo ello avalado por el Gobierno español. Una bicoca "segura".
 
En esos años, ya empezaba a caer la construcción, los créditos eran más escasos y la gente que tenía dinero y quería invertir al ver el atractivo que yo sabiamente les explicaba;  me preguntaba inquieta si lo que yo le proponía con claridad cristalina, era seguro. "¿Seguro, les decía yo? Segurísimo. Fíjese si es seguro, que lo respalda el Gobierno de España y no es algo que se pueda cambiar." Claro que el contrato era por 25 años y ahí los inversores de aquella época, comenzaban a dudar, porque era mucho dinero y aunque en condiciones normales se amortizaba en 9 años con el dinero que obtenían de las primas del Estado y a partir del 10º la rentabilidad era del 12% mínimo, había que desprenderse o pedir préstamos de 500.000€.
 
Cuando me hacían aquella pregunta, yo dudaba en mi cabeza ¿No podrá el Gobierno cambiar esto?. No. Me respondía yo. Imposible. Menudo lio de demandas para el Gobierno. No. No. Es imposible. Por eso con rotundidad les afirmaba a los potenciales clientes: "imposible". Seguridad 200%". Y aquella objeción quedaba resuelta.
 
Hete aquí que poco a poco fueron saliendo Reales Decretos que iban poniendo aquello más complicado de invertir. El Estado se había metido en una ratonera al haber dado unas primas enormes y se le había ido de las manos el negocio. El dinero a pagar anualmente era astronómico. Ya los bancos no daban préstamos alegremente y me salí del sector  donde no ganaba nada, eso si: con grandes experiencias.
 
Al cabo del tiempo la realidad echó por tierra mis afirmaciones de que aquello de que iban a cambiar las primas o bajar las horas de conexión, etc, etc era imposible. No: fue posible. El Gobierno cambió las leyes, bajaron las primas, bajaron las horas de conexión, subieron los impuestos de este tipo de ingresos y ahora los que invirtieron se encuentran en situación crítica. Deben dinero a los bancos que no pueden pagar porque les han bajado las primas y subido los impuestos, con los cual ellos deben de pagar con dinero que sale de sus bolsillos o más préstamos a los compromisos que tienen contraídos con las entidades bancarias y algunos ya piensan en dación en pago o declararse en "concurso de acreedores".
 
Ahora se quejan, con razón, de la "estafa española de la fotovoltaica", pero no menos cierto es que ellos invirtieron con avaricia humana especulativa y confiados en España, pero solo en búsqueda de rentabilidades astronómicas que en ningún otro sector o trabajo se podían obtener. Ha habido gente que ha estado ganando mucho dinero, pero este sector boyante se hundió, porque a la gente "se la pela" lo de las renovables o el medio ambiente. Lo que más les atraía era "la pela". El euro. Las primas.
 
Ahora que en todos los sitios se oye la frase esa de " Si, se puede". Yo, que repetí cientos de veces a mucha gente que aquello era imposible, el que bajaran las primas, debo de cambiar mi frase por: "Si. Se podía"

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