NO PUEDO TRABAJAR PORQUE TENGO UNA DEFICIENCIA FISICA GRAVE
Hoy un amigo, me ha hecho un comentario. Hablando de trabajo, etc, me ha dicho:
"No puedo trabajar, porque tengo una importante deficiencia física"
Me he estado fijando y preguntándome que es lo que le podría pasar, porque aparentemente no le veía nada. Mientras estaba pensando, me ha añadido:
"Tengo la grave deficiencia física de tener 56 años"
Y es que en España, tener más de 45 años (o 40) y perder el puesto de trabajo te impide conseguir otro. Con 57 no existes, ni para el INEM ni para la sociedad. Eres literalmente una mierda humana no apta más que para pagar impuestos y facturas, pero no para ganar un salario. Ni indigno. Te puedes limpiar el trasero con el Curriculum y tus títulos y la experiencia y tu capacidad no valen para nada en esta puta sociedad. Es mi caso. 57 añazos.
Comentarios
Bueno, el caso es que esas personas, entre las que te incluyo, amigo Julio, fuisteis las que levantasteis España, ¡qué tiempos aquellos! y ahora para esta sociedad global, gobierno o quien sea, sois la generación olvidada habiendo cotizado a la seguridad social seguramente más de 30 años; posiblemente lo que nunca llegue a cotizar un joven de nuestra sociedad actual
Sólo para reflexionar. Un joven hoy día encuentra trabajo fijo a duras penas a una media de 30 o 35 años, pongo esta edad porque antes eres demasiado joven y sin experiencia y después de esta edad eres demasiado viejo, si a esto le añadimos que probablemente antes de que llegue a la edad de jubilación lo habrán despedido de más de una empresa y haya tenido que vagar de aquí para allá buscando un nuevo trabajo, pienso yo, que esa persona no habrá cotizado ni 20 años.
Me pregunto: qué pasará con la pensión de las personas que ahora tienen 50 años. Quién cotizará para pagar la pensión de estas personas, tú, mi marido, que habéis pagado durante más de 30 años las jubilaciones de otros.
Reconozco que muchas veces uno-a tiene que hacer mala leche ante la impotencia de no poder actuar frente a las injusticias que acechan esta sociedad que nos está tocando vivir. Ante la incapacidad de quienes nos gobiernan y la tontedad de quienes les votan.
Qué tiempos aquellos en los que los niños-as se divertían con las canicas y los indios de plástico. Cuando uno se hacía una herida en la rodilla de tanto andar por la calle y de la bien merecida hostia del profesor.
Qué pasa con mi querida España, la que huele a caña...
Un saludo,
Begoña