INCENDIOS PROVOCADOS

España siempre ha sido un buen feudo para los incendios en verano. Unas veces porque se queman los bosques para construir (luego el promotor compra el terreno a precio de risa), a veces los quema el maderero (compra el bosque quemado a precio de madera de saldo, luego le quita la corteza quemada y lo aprovecha para muebles...), a veces lo quema el ganadero para darle más terreno al ganado (así gana más en pastos y en pasta...), a veces lo quema Dios con sus rayos (hágase tu voluntad...), a veces lo quema el vecino para joderle al otro, a veces lo quema el agricultor cuando quema los rastrojos que le han dicho que mejora la tierra para la siguiente siembra, a veces lo quema el estúpido dominguero cuando quiere asar el pollo, a veces lo quema el irracional pirómano que quiere hacerse notar con el fuego y acaban todos ellos asando a los trabajadores que luchan por apagarlos con riesgo certero de sus vidas como hemos, vemos y comprobaremos siempre.

Una muerte es dura, pero morir quemado sin posibilidades de escapar de las llamas que has ido a apagar es dramático y aquellos que queman el bosque deberían ser condenados a muerte (Julio que exagerado eres, si, a muerte en vida). Esta gentuza que quema el bosque no merece vivir. Son descerebrados y no merecen compartir su vida con la nuestra aparentemente normal.

El bosque es fuente de vida, de riqueza, nos cambia el CO2 por O2. Es bello y nos dan al espíritu lo que la ciudad nos quita.

¡Pirómanos a la pira!, o que se "piren". No queremos criminales en España. De ningún tipo.