TROITIÑO, UNA TOMADURA DE PELO SUPREMA
Esta conversación es absurda como absurdo es lo que ha pasado con este elemento. Este elemento, no le puedo denominar persona, es el terrorista más sangriento de la ETA que como todo el mundo sabe son las siglas de un grupo terrorista. Este elemento, que asesino a 22 personas, ha quedado en libertad tras cumplir 24 de los más de 2.700 años de cárcel a los que fue condenado, según han informado fuentes jurídicas. En su macabro curriculum está el atentado perpetrado en 1986 en la plaza de República Dominicana de Madrid, en el que fallecieron 12 guardias civiles y fueron heridas 40 personas.
No entraré en el esperpento de que una condena de 2.700 años se reduzca a 24 en esta España de pandereta y paro. No dividiré el número de años por persona, por pudor. Lo que ahora quiero comentar es que esta situación de que ha salido antes de la fecha prevista debido a triquiñuelas jurídicas, que son de risa y desconcierto, es una situación que se da según mi idea, no por argucias de abogados, sino porque es una política pactada entre el Gobierno y ETA. Me explico:
Mi teoría es que existe un pacto entre el Gobierno español y ETA, buscando su terminación, en que ETA les ha exigido que salgan de la cárcel sus número "1" (los más asesinos). Como esto es problemático y causaría un gran escándalo, han llegado a un acuerdo con los jueces para que estos, que no son independientes en absoluto para mí al menos, dicten la orden de salida argumentando las chorradas jurídicas que se les ocurra. El elemento sale a la calle, y cuando la gente se queje, los periódicos se escandalicen y ataquen con sus galeradas, entonces hacen el paripé de que el Fiscal ordene a aquellos jueces que dictaron su salida, que dicten ahora su entrada en la cárcel de nuevo. Mientras tanto el elemento ha desaparecido de España, puede que pagado el billete por el Estado y ya está en la calle para siempre. Esto ya ocurrió con un tal Josu Ternera y que yo sepa: sigue en la calle.
La idea es que jugando entre el Estado, los fiscales, los jueces y los etarras, estos salen a la calle. Somos un país de listos, de tontos y de listillos. Los jueces siguen haciendo el caldo gordo al Estado, y perdiendo la nula credibilidad que los españoles tenemos de ellos. Los políticos siguen pensando en su beneficio al perseguir acabar con ETA, aunque sea vendiendo la dignidad del Estado a los etarras, y los fiscales haciendo el juego.
Aquí los políticos piensan que los españoles somos todos estúpidos y que les vamos a seguir votando, pero yo creo que está llegando el momento en que les botemos pero a todos fuera de España. Que se vayan con los etarras y que les zurzan.
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