INTERNET PODRIA HABER ACABADO CON TODOS LOS DICTADORES.

Esta claro que cuando un "salvador de la Patria" quiere liberar a su oprimido pueblo de las garras de un dictador que les quita las libertades y los masacra, manteniéndoles en la más absoluta pobreza mientras él y sus allegados se llevan el dinero del pueblo a Suiza y los militares medran a su sombra, lo primero que hacen es ocupar los medios de comunicación: radios, TV y prensa. Ya con esto evita que el pueblo se pueda comunicar entre si y realizar algaradas, manifestaciones, etc.  Esto ha sido así desde que estos medios de masas han existido. Antes, cuando existía como ´çubico medio de comunicación, el telégrafo, se cortaba el cable y fin de problemas. El silencio era lo más escuchado. Nadie se enteraba de nada. En las guerras los mensajeros, jugándose la vida corrían trinchera arriba y por el campo de tiro, para llevar las órdenes a las tropas. En las guerras del Peloponeso, un famoso soldado griego Filípides que corrió la primera maraton 42,195 metros desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa y que llegó incluso a morir extenuado por el esfuerzo.

Hace unos días por toda la cornisa africana del Norte, han comenzado unos enormes movimientos de masas protestando por los años que llevan de dictadura en sus países y que incluso han acabado con las dictaduras tan típicas como las de Túnez y Egipto. La de Túnez pilló por sorpresa al dictador Ben Alí. La sorpresa fue encontrarse de golpe en la calle a miles de manifestantes ante la mirada escrutadora de todo el Mundo. ¿Qué había pasado?. Alguien por medio de Facebook, Twitter y por SMS de los móviles, llevó la consigna de encontrarse en la calle un día a una hora para exigir al dictador que se marchara de Túnez. Dicho y hecho. Aquellas frases convertidas en 1 y 0, así como en frecuencias hertzianas, volaron por todo el ancho espectro de ondas de Túnez, y corrieron por medio de unos miserables cables de cobre llevaron los mensajes a todo el Mundo. Al mismo tiempo. De forma silenciosa. Rápida. Clara.

Cuando el dictador tunecino se encontró con estas masas en la calle, no le quedó mucho más recurso que marcharse del país. Otra acción, para sispersar la multitud, habría acabado en una masacre filmada por las cámaras de todo el Mundo. A los pocos días en El Cairo se organizó otra. Esta fue similar, pero a los pocos días ya los móviles no funcionaban e Internet tampoco. Había empezado la revolución pacífica (casi 70 muertes...). Pero ya estaba hecha la convocatoria, la gente se quedó en las calles sin respetar los toques de queda, y el ejército no ha podido más que hacerse con el cargo de llevarles a unas elecciones democráticas. Finalmente Mubarak se ha retirado del poder. Él y toda su tropa de hijos, como ha ocurrido en Túnez.

Luego en el Yémen y Argelia, Jordania, han querido hacer algo similar, pero ya los dictadores sabían el truco: desconectar Internet y los móviles. Además, han sacado a la calle al ejército en pleno y  han acabado de momento con las manifestaciones. La sorpresa a través de Facebook y las redes sociales, junto con los SMS han finalizado. Ahora el camino a seguir será otro, y presumo que en esos países (y en los que se definen democráticos), aumentará el control del tráfico en Internet y los SMS. Perdermos intimidad y los dirigentes ganarán en control.

Algo curioso: de repente los dirigentes hipócritas mundiales, muy demócratas ellos ahora, que les conminaban a los dictadores a abandonar el poder ha sido otro factor decisivo en su marcha. Antes los demócratas se fotografiaban y abrazaban con estos dictadores y ahora les desprecian y exigen que ayuden al pueblo marchándose. Cosas de la política. La hipocresía al poder.

Internet podría haber acabado con los dictadores si estos no se hubieran ya puesto en "prevengan". Acabar con Internet es tan fácil como darle a un botón. Los móviles igual. De momento ya han acabado con 2 dictadores y los demás han puesto sus barbas a remojar, sabiendo que sus dictaduras de canallesca, y con ella su chollo y el de toda su parentela se pueden acabar. Ahora comienzan las aperturas, las prebendas, las ayuda al pueblo y el cariño democrático. Claro que a llos dictadores de China o Corea del Norte o Pakistán nadie les levantará la voz porque unos por su dinero y nuestra deuda y otros por sus bombas atómicas son intocables.