CHINA ES CHINA, y ESPAÑA ES CO...CHINA

Que en China es costumbre extendida el escupir en la calle es algo sabido por todos. Durante la celebración de los Juegos Olímpicos, se prohibió el escupir a la población. Ellos no lo ven como algo asqueroso o molesto, sino que es su costumbre ancestral.... En Singapur, si te ven escupiendo vas a la cárcel y tirar al suelo un chicle es una multa importante, o tirar papeles. En la excelente película "Un franco, 14 pesetas" hay una escena en que los 2 españoles que viajan de emigrantes a Suiza están en un vagón del tren comiendo un bocadillo y tiran el papel al suelo. Se levanta una viejecita que iba al lado y sin decir nada recoge el papel y lo tira a la papelera. Ante este hecho, ellos se miran y se encogen de hombros, porque no entienden el por qué lo ha hecho la señora.

En España, entras a un bar y te encuentras el suelo llenos de papeles, servilletas, palillos (antes colillas), cáscaras de gambas si es una marisquería;  cáscaras de habas (en Murcia por ejemplo), etc, etc, etc. En el Oeste americano en la época de los "vaqueros", en el Saloon había escupideras para eso: para escupir, ya que mascaban tabaco y además eran unos guarros. A los extranjeros que vienen a España les llama la atención lo sucios que están los suelos de los bares y como nosotros echamos al suelo lo que nos parece. Luego ellos se contagian y cumplen el refrán ese de "allí donde fueres, haz lo que vieres", más que nada para no desentonar.

Los niños en las calles comen un pastel y tiran el envoltorio al suelo. Comen una bolsa de alguna porquería y hacen lo mismo. Los fumadores tiran las colillas al suelo de las calles con cierto arte.  Juntan el dedo medio y el pulgar y estirando rápido el medio, lanzan la colilla lejos, o simplemente la tiran al suelo y la pisan sobre lo que sea: asfalto, baldosa o moqueta. Los paquetes de tabaco vacío, también. Los conductores fumadores (muchos), muy limpios ellos, cuando tienen el cenicero lleno de apestosas colillas, aprovechan los semáforos para limpiarlos abriendo la puerta y vaciándolo en la calzada.

¿Qué me dicen de aquellos que yendo por la acera se aclaran la garganta, a veces intentando sacarse hasta la mucosidad que tienen en lo más recóndito de su tráquea y alveolos pulmonares y con un estertor ruido casi agónico, terminan lanzando un escupitajo al suelo con gran precisión y fuerza? Claro que aquellos que notando que sus fosas nasales están congestionadas, se paran y con el "pañuelo de 5 picos (la mano), se suenan con gran destreza la nariz expulsando al suelo sus mucosidades más abyectas y luego agitan la mano para desprenderse de aquellas pegajosidades que le han quedado ante tal acción de limpieza drástica. Después, un frote en el pantalón para quitarse las humedades restantes. Finalmente unas sonoras respiraciones nasales por si queda algo dentro. A estos no se les sale el cerebro, porque yo creo que no tienen. Se les desprendió en alguna ocasión y claro: no se dieron cuenta. ¿No se ríen los de poblados aborígenes cuando nos ven meternos los mocos en el bolsillo dentro de un trapo? Pues eso: mocos fuera. ¿Pañuelos?. Una porquería. Pañuelos de papel ¿"pa qué"?


Yo me pregunto de toda esta tropa si en sus casas van por el pasillo y cuando notan carraspera se aclaran y lanzan un sonoro y enorme gargajo al suelo, o se suenan los mocos en el salón y luego se limpian las manos en las cortinas. O tiran los ceniceros llenos en el rellano de los pisos... del vecino. Claro.

Luego tenemos a las mamás que cuando la nena quiere "pis", en vez de entrar al bar que tiene detrás le baja las braguitas a la nena, la coge sentada y la pone a mear en la acera al lado de la calzada desde la altura de sus brazos, y cuida mucho la compostura porque es muy limpia. Los niños solo sacan la colita y mean. Conocí a un vecino de casa de mis padres, que se meaba en la jardinera del portal donde había un enorme espejo. Aquel, no era por guarro, era por "voyeur". Le gustaba verse el pene meando. Una pena de cerdo.

Luego cuando comemos, sacudimos el mantel por la ventana y que se jodan los de abajo, o las sábanas por la mañanita temprano, para quitar los pelos púbicos de nuestro gozoso acto sexual de anoche, o los felpudos que se llenan de porquería.

En España somos muy cochinos, no como los chinos, que son chinos y cochinos;  sino como los incultos que somos y por el nulo respeto que tenemos al prójimo.

PD: El que se sienta molesto u ofendido por este comentario, piense que no va por él. Es por los demás y que no es una generalización. Por favor...

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