ESE TUTEO IGUALADOR Y ANARQUICO

Recuerdo que de pequeño en el colegio nacional donde me enseñaron algo de lo poco que he ido aprendiendo, teníamos una asignatura de Urbanidad, donde aprendías lo que había que hacer para poder estar en buena convivencia con las demás personas.

Recuerdo que entre otras cosas, que quizás ya hoy día estarían algo obsoletas..., existía la del trato con las personas y donde se les daba categoría a ellas en función de su título, honores, etc. Allí te decían (ojo que en mi casa igual hacían mis padres y abuelos, porque la educación nacía precisamente de las familias) que a las personas mayores (en edad, dignidad y gobierno, creo que decía), había que tratarlas de Ud. Y es normal, porque no sabes quien es, ni te la han presentado ni ella te ha dado permiso para tutearle, o a veces ningunearle, ya que los humanos intentamos mantener nuestra zona de privacidad intocable y es el motivo de sentirnos incómodos cuando alguien se acerca demasiado a nuestro cuerpo en cualquier lugar e invade nuestra zona privada de confort.

Siempre he mantenido esa sana costumbre que tan buen resultado da y es la que sigo manteniendo hasta el resto de mis días con una única excepción: una vez, trabajando yo en una empresa americana fabricante de maquinaria y herramienta neumática, estaba visitando en Torrelavega  (Cantabria) una ferretería y allí me presenté con mi traje, elegante, sobrio y en aquel día, especialmente coloquial. Tal es el caso, que cuando ya me atendió el dueño me dirigí a él como siempre de formal, pero ese día me salió y no sé el por qué,  el tuteo previo. Él, de mediana edad (yo tendría 24), me miró y me preguntó : ¿cuándo hemos comido Ud, y yo?, y yo que era inocente (como ahora) comencé a pensar cuándo y dónde. Finalmente le dije que nunca. Y aquel me respondió: "pues eso, cuando Ud y yo comamos juntos, me podrá tutear". Me quedé de piedra pómez y evidentemente no le vendí nada nunca. El comienzo fue realmente un final.

Cuento esto porque ahora cualquier niñato, persona, dependiente, camarero o quien sea, se acoge al tuteo de entrada con total libertad y sin control. Creo que es un error que no acerca a la persona y que tenemos que mantener la distancia inicial con cualquiera. No podemos manosear con el tuteo a nadie sea quien sea y sea cual sea su edad o condición social. A mi no me gusta en absoluto y si me tutean (siempre) yo sigo llamándoles de Ud. No les he llamado la atención, ni me he comportado como el ferretero, porque yo no soy educador, ni me importa su educación, pero si que les mantengo a distancia. El tuteo compadre no es apropiado y si me interesa esa persona ya le tutearé yo también.

Será anticuado para muchos, pero me da igual. No somos todos iguales, porque no lo somos en casi nada. El tuteo anárquico pretende que todos seamos colegas y amiguetes, sin distinción de cargo, formación, rango, etc.; pero no es válido. El comunismo llama a todos compañeros o camaradas, antes de dirigirse por su posición,  intentando eliminar los rangos sociales.

Es mi opinión y critico a quien actúa con el deslenguado tuteo que le parece que acerca, cuando a veces aleja. Por supuesto que esta, puede ser criticada porque nadie está en posesión de la verdad absoluta, pero si que es cierto que tanto el antiguo Don por mi Bachillerato, o el Señor o el Ud, creo como le dijo el juez a Nicholson en la peli de Algunos hombres buenos, que "el respeto me lo he ganado" 

Comentarios

Samuel ha dicho que…
Suscribo todo lo que has escrito. El tuteo que no soporto es el de los "niñatos", entre quienes de sus variadas especies señalo los "mentiendes", los "osea" y los "guay".
Julioescritor ha dicho que…
Aunque tarde, coincidimos en todo. Saludos

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