EL DILEMA DEL REY JUAN CARLOS I DE ESPAÑA

Nuestro Rey (Q.D.G.M.A.), tiene un gran dilema en el horno: ¿Debe de firmar o no la Ley del Aborto refrendada hace unos días en el Senado? Cualquier Ley, debe de ser firmada por el Rey. Si no la firma no es teóricamente efectiva, ¿y entonces que ocurre con esa Ley?.
Si el Rey firma la Ley, es que él en conciencia, está de acuerdo con ella. Juan Carlos no es un tampón de firma y lo que firma lo debe de hacer en conciencia. Por lo tanto el Rey, que representa a todos los españoles de cualquier religión y condición, se enfrentaría a aquellos españoles que están en contra de esta esperpéntica ampliación del aborto.
Si el Rey, no firma la Ley, habría un grave problema en España ya que se estaría enfrentando al Gobierno. Aunque el Rey está por encima del gobierno y no pararía nada ¿o si? Sería una primera vez y el Rey debe de estar bien con el gobierno, o al menos no enfrentado. La firma del Rey es simplemente una formalidad, pero no firmarla sería un tema diríamos: preocupantemente formal.
En el año 1990 Baudouin Albert Charles Léopold Axel Marie Gustave de Belgique, vamos el Rey Balduino I de Bélgica (marido de nuestra española Fabiola) por sus problemas de conciencia religiosos pidió al gobierno que le declararan una incapacidad temporal de reinar, así se evitó el tener que firmar la ley del aborto en aquellas fechas ampliada (como en España que se ha ampliado ahora de forma majadera).
Podía quizás Juan Carlos I hacer lo mismo que Balduino y así se lavaba las manos quedando bien con unos y con otros, aunque en el fondo no se como quedaría su imagen ya deteriorada después del tiempo transcurrido desde el 23 F que le afianzó en el trono. Balduino era terriblemente religioso. A nuestro Rey no se le conoce tanto apego a la religión y si a las motos, las mujeres y a la buena vida. Yo, haría lo mismo si pudiera reinar.
Una cosa chocante es que la Conferencia Episcopal va a excomulgar a todos los parlamentarios que han aprobado la Ley incluso al devoto Bono, pero a Juan Carlos I lo excluye aunque firme la Ley, porque dice que lo hace a título de Rey Juan Carlos I y no a título personal o sea a título de: Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias. Curiosa dicotomía o transfiguración separando el hombre del cargo; claro que para los curas no hay problema ya que para la religión católica que tiene uno de sus más profundos e intrincados actos de fe en la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y el Espíritu Santo (3 personas distintas y 1 sólo Dios verdadero...), separar al Rey Juan Carlos I del hombre llamado Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias es fácil. Además son sólo 2 y uno de ellos no es una paloma blanca que vuela.
Estos curas siempre igual: a los del poder le dan incienso, a los otros con el inciensario y asunto concluido. Los curas, siempre a la derecha del Padre, perdón : del poder, que ahí se medra y gana mucho, además del Cielo.

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