CAUSAS DE LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL ACTUAL - 1ª PARTE - EL ORGASMO

El Mundo (el globo terráqueo), ha vivido apalancado durante muchas décadas. Cuando la palanca se ha partido nos la hemos pegado. Pero...¿qué tienen que ver las palancas con la economía?¿Qué es el apalancamiento hablando financieramente?. Pues es muy fácil: el apalancamiento financiero es usar el dinero ajeno prestado para hacer inversiones en las empresas, ya que cuando el interés del dinero es bajo es más barato pedir créditos que usar el dinero propio puesto que la empresa (cuando las cosas van bien), gana más porcentaje con su actividad que el interés del dinero y saca más rendimiento al dinero. Es decir: no hay que mantener dinero propio en el Banco. El Banco te da poco interés y no ganas nada teniéndolo guardado. En cambio si se lo pides prestado como el Mundo está en especulación constante y la demanda está disparada porque está apalancada (ya hemos leido el artículo de QUE ES EL APALANCAMIENTO FINANCIERO, verdad?) las personas y las empresas ganan más dinero. El problema ocurre, como así ha ocurrido, cuando la palanca se rompe de repente. Iba crujiendo, pero le dábamos más presión. Sin reflexionar para averigüar que producía aquel ruido..

Esta "especialidad financiera" que aparentemente es inteligente tiene alguna gran pega, o pequeña según sea uno un "experto" en eso tan rimbombante que se denominaba de la ingenieria financiera (Mario Conde, La Rosa, los Albertos, etc, etc, expertos trileros de baja estofa como se ha visto), o un ser normal y prudente con sus miedos y sus prevenciones de que las cosas pueden cambiar y normalmente a peor, por lo que hay que ser previsor y dejar dinero ahorrado tuyo por si es de necesidad en cualquier momento. Esta postura conservadora, no esta bien vista y se dice de ella que no hace avanzar a las naciones ....?????, a la economía y es retrógrada. Claro. Hemos llegado hasta aquí porque el Mundo es de los audaces. Ya. Ya veo.

Yo, cuando me he parado a reflexionar (soy un tipo raro, perdón) sobre este tema tan manido de la puta crisis económica (hay más crisis: la moral, la religiosa, la humana, etc, etc) siempre lo he visto como que la economía actual estaba apoyada en un castillo de naipes. Todos sabemos que este castillo es entretenido de hacer, pero muy frágil. A la mínima que pones mal una carta todo el castillo se cae. Si vas con prisa pocas alturas ganas.

Si hacemos una comparación con la crisis, pienso en que hemos elevado la economía Mundial a una posición muy alta, con grandes superproducciones con 3 turnos al día a base de habernos ido apalancando con préstamos, créditos, letras, pagarés, créditos hipotecarios, etc, con el beneplácito, aplauso y aliento de estos gobiernos mundiales que ahora se escandalizan de lo que han hecho. Al menos se podrían quedar de estatuas de sal por haber pecado, pero no. Siguen dándole para ahora arreglar esto.. Joder, joder, joder. Que sinverguenzas.

Hemos comprado de todo. Había pedidos de todo. La demanda era inmensa. No había capacidad para producir lo que se demandaba. Se construian más fábricas. Más turnos. ¡Más maderaaaa. Es la guerraaaa!, gritaba Groucho en la máquina del tren, mientras lo iban quemando para alimentar la caldera y seguir avanzando a toda prisa.

Los créditos estaban tirados. No teníamos dinero ahorrado, (para qué si te lo prestaban a cualquiera). Ya teníamos teníamos unos ingresos de una nómina e íbamos a los Bancos a pedir dinero para cualquier cosa y si pedíamos 100 nos íbamos con otros 20 más que nos metían en el bolsillo para gastos. Que majos los Bancos. Pedías para un piso y te daban también para cambiar de coche, para irte de vacaciones. Todo funcionaba. Está chupado decía la gente. Y como se gana. Los pisos triplican su valor en poco tiempo. Más demanda de pisos, no porque hicieran falta a nuevas familias, sino porque se estaba especulando con ellos duramente.

La Bolsa estaba arriba hinchada, como un gran globo aerostático lleno de aire caliente, calentado por los especuladores que entraban a raudales en la Bolsa al olor del dinero fácil y aparentemente seguro. Quien no jugaba a Bolsa es que era idiota.

Los banqueros se frotaban las manos porque sus ventas eran enormes (los bancos amigos no conceden créditos, los venden). En la orgía del crédito, le entregaban el dinero a qualquiera. Se compraban hipotécas y se aseguraban sin límite. El riesgo había desaparecido. Los controles del Banco de España estaban relajados. Cualquier chiringuito financiero se enriquecía a costa de los pobres idiotas que exponían su dinero con el ansia de ganar más que nadie. Se compraban sellos con un gran beneficio. Los terrenos rústicos se convertían por arte de firma en urbanos y el precio se inflaba como en una gran explosión. Los propietarios de fincas rústicas que cultivaban melocotones cambiaron de repente su tractor por Mercedes de alta gama (en Logroño hay muchísimos Mercedes SLK en cualquier pueblo). Las empresas constructoras rozaban las nubes con su ascenso económico. Se construían ciudades en cualquier páramo con miles de viviendas sin accesos, ni instalaciones básicas. Todo valía. Todo se vendía: ¡Más madera!.

Los constructores analfabetos se compraban aviones privados y barcos a tanto el metro (como se compran las enciclopedías para la casa, por metros). Querían dominar todo: el cielo, el mar y los campos de fútbol. Se pedían créditos multimillonarios para comprar otras constructoras y ser el más grande de España, de la noche a la mañana. Los Bancos prestaban como locos a los constructores ingentes cantidades de dinero miles de millones de euros. Todos ganaban fortunas, los directivos, los banqueros, los constructores, los intermediarios. Proliferaron miles de Inmobiliarias sin más experiencia ni medios que un cartel y un local. Todos compraban, vendían se enriquecián. Se compraban coches, grandes, caros. Se cambiaba de vehículo sólo por tener uno mayor que el vecino. ¡Más madera!. ¡Es la guerra!. La guerra del consumismo. Las deudas aumentaban en las casas y los créditos estaban ahí pendientes de un hilo sobre las cabezas de los que estaban viviendo por encima de sus posibilidades reales. Que no llegaba, se pide otro crédito. Se refinancia la deuda, se unifica. Aparecen empresas que te reunifican los múltiples préstamos para ue vivas más feliz (ciegos, estúpidos, bobos, avestruces humanas? . En fin: el Mundo globalizado crecía y crecía, como lo hacía la deuda pendiente de pago.

Yo le pido al Banco para comprate a tí. Tú fabricas lo que me vendes pidiendo créditos al Banco porque me estás financiando a mí. Tú pides a tu proveedor que te financie pagándole a 90 días. Aquel pide un crédito al Banco para poder pagar a su vez a sus obreros y proveedores, y así hasta el infinito. Para qué usar mis recursos propios que no me llegan para expandirme si con préstamos puedo apalancarme y sacar más rentabilidad. Yo he leído o escuchado esto del apalancamiento. Los antiguos empresarios, los clásicos son idiotas porque sólo compran cuando tienen dinero o piden poco al Banco. Que irresponsables son. No saben nada, yo soy un tiburón de las finanzas. Yo, me apalanco. Toma ya¡¡¡.

Todo estaba encima de una pila de naipes frágiles y moviles que un soplo fuerte o un pequeño movimiento hará caer.

Cualquier tonto hacía relojes (yo hacía pintura y claro así estoy...). Las grúas subían al cielo como erizos en las ciudades y pueblos. Los alcaldes ganaban y ganaban, algunos se dedicaban impunemente a ser promotores, constructores y nada pasaba. Estábamos en el Mundo Feliz de Huxley sin tomar el "soma". No. No nos hacía falta "soma", sólo ir a comprar de todo. Ir al Centro Comercial a actividades lúdicas. Teníamos pasta para todo, y si no teníamos pedíamos más.

Los pisos que comprábamos a 100 en pocos meses lo vendíamos a 150. Pedíamos créditos para comprar acciones y jugar a la Bolsa porque comprabas acciones hoy y en pocos días habías duplicado el valor. Vendías las acciones, pagabas el préstamo y te habías sacado una buena tajada. El orgasmo universal había llegado. El esperma de la avaricia nos inundaba a todos los enloquecidos moradores del Mundo civilizado. ¿Civilizado?(qué ironía).

Venga, más casas (no hacen falta pero la gente sabe que es una inversión segura y muy rentable. Se lo ha contado su amigo). ¿Ahorrar?. Para qué. No te dan nada por tus ahorros. Compras un piso y en poco pagas hipotéca, los gastos y le sacas un 150%. Esto si que es lujo y es que si no especulas eres un imbécil y un tonto que no sabes nada de nada de como funciona este mercado. Especulaban todos, desde el magnate financiero (trileros realmente), hasta el limpiabotas. La gente llenaba los blogs de Bolsa con comentarios, explicaciones, ayudas y sabios consejos de inversión. Desde tu casa te convertías en tu propio Broker y podías en tiempo real comprar y vender en el mercado de valores. Tú solo, como si fueras Rockefeller. ¡Ah!, que listo soy. ¡Lo que valgo!.

Cualquiera te daba una lección de economía y de Bolsa. De como invertir, donde y en qué y cuanto. Sin ir a la Universidad, para qué. estudiando se pierde el tiempo y la calle es la mejor universidad, y el café, y la TV. Sólo en los bares se han dado clases magistrales de altas finanzas.

El castillo de naipes cada vez tenía más altura, pero como la base era inmensamente larga, no tenía fin. Alto más alto, pisos más pisos, naipes, créditos, hipotecas, acciones, fondos, futuros, linces de las finanzas, grandes personajes de la "jet-set", yates comprados por metros. Coches con cuadras inmensas de caballos desbocados, mujeres bellisimas con tetas inmensas, lujo y derroche, grandes chefs (antes cocineros) que daban clases magistrales y charlas filosóficas sobre la excelencia de la alimentación al nitrógeno líquido. En vez de construir nuevos platos se deconstruía lo construido (destruir es deconstruir, pero más pijo, así puedes cobrar más a los pijos). Menus de 156 euros. Todo entraba. El IBEX en la gloria al lado de Dios. Toda la maquinaria creada después de la II Gran Guerra estaba engrasada con billetes de euro (¿Quién quiere ya dólares?). El Mundo dormía en su laxitud post-coital con suma placidez. El castillo tenía una base segura aunque a veces se notaba un cierto temblor en toda su estructura, pero nada ocurría. Hasta que un buen día....